domingo, 11 de julio de 2010

Un eco dulce... Ninfa Duarte


Estoy ensayando un atajo nuevo
por donde pueda llegar a ti,
porque necesito tus oídos y tus palabras
para hacerme compañía, y compartir
esta ternura que me habita y que
siente deseos de expandirse en tu piel.

La distancia de nuestros cuerpos,
no debe ser lejanía para sus corazones,
que palpitan siguiendo el mismo destino.
Los instantes compartidos fueron
gratas concordancias de armonías,
que hoy guardamos del ruido por
conservar intacta su pureza,
a pesar del desatino.

Si el destino me lleva de la mano
a tu mundo de saberes ,
será para los dos un tiempo nuevo ;
desafío que gustosa aceptaré
sin temores ni reparos,
sólo por amor.

Estas estrofas las dicta mi alma
envuelta en brumas de una llovizna,
en que el silencio se adueña
de este gris atardecer,
y contagia presagios absurdos
a mis recuerdos…

Escucha mi bien, la voz del infinito
que llena los ámbitos,
y revélate
con el grito que sale de tu alma
para conjurar absurdos escollos
que aparecen en los senderos,
sin olvidar tus vagas promesas
sin matar mis dulces anhelos,

Ensayemos juntos ese nuevo grito
para llenar los ámbitos dormidos
con el eco dulce de un juramento…


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