Para que escuches lo que llevo dentro
se encogen muchas veces mis versos
como el agua que baja al arroyo
y en medio de las piedras
se apaga el murmullo…
invisibles huellas,
guijarros,
fantasmas.
Para tener tus manos
muy cerca de las mías
visito los colores del arco iris
donde tus sentires
mojan la alborada…
soles amarillos,
viento,
silencio,
y caricias escondidas.
Mis versos aturdidos
van tiñendo suaves
los espacios abiertos del destino
que se me niega
me enmaraña
y tiende sus lazos
en torno a mi espectro,
esperando
que se cumpla el tiempo.
Un jilguero cantando
interrumpe la tarde,
vaguedad, vacío…
neblina gris de espera
cubierta de ausencias
y las palabras que llevo dentro
siguen encogidas
sin trasponer tu oído,
sin pronunciar tu nombre,
sin llegar a ti.
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