domingo, 31 de julio de 2011

La vida sigue su rumbo... Ninfa Duarte


Albos amaneceres y ocasos rojos…
puestas amarillas y auroras frescas
mientras yo sigo buscándote, amor.
Mi austero destino sigue andando,
y en medio de ese marasmo de vidas
que mienten destinos,
tu rostro querido con ojos de imposible,
me llenan de suspiros
y acarician mis eternas soledades…

Hay esquirlas en mi pecho que espera
y sueños baldíos que duermen su eterna siesta,
sin saber que
dentro del alma se anida una flor…
Todo hombre busca su alma gemela
su par, su pareja,
mas el destino sigue cantando…
y el pintor de soledades
toma colores de cada arco iris dormido…

Un alce pasa lento hacia el tiempo
camina hacia la puesta del horizonte
hasta encontrar alguna oscuridad vacía
donde le espera su igual,
pasó lentamente el ocaso y llegó el bostezo,
se aparean en un silencio soñoliento
y sigue la vida…multiplicándose.

Mientras el hombre busca
la vida pasa,
y siempre queda
algo por buscar…



sábado, 23 de julio de 2011

Esta tarde... Ninfa Duarte



Entraba la tarde con pereza,

la lluvia mansamente gemía en el tejado

y los vitrales opacos de mi ventana

dejaban ver lo gris del cielo…

Llegué sin avisar,

te encontré tendido con los ojos cerrados

laxo, como esperando mi llegada

sin suspiros de impaciencia,

sin mover un solo músculo

estabas allí acostado…

Mis pies alados iban abriendo surcos,

me acerqué a tu cuerpo,

mi respiración te llegó a los ojos

que se abrieron lentamente

sonriendo gentil,

-te esperaba- me dijiste

y apoyé mis labios en los tuyos

que me recibieron con ganas,

fue un beso mojado, largo

que hizo temblar mi pecho…

Siseaban tus labios en los míos

diciendo cosas bonitas,

y la tarde calló su llovizna

para dar paso al amor.

Pusiste en tus labios, golosos

la miel de mil panales

recorriendo con avaricia

mi cuello… mis pechos…

y en medio de ese jadeo amoroso

nació el deseo de más.

Mis besos buscaron tu misterio

convertido en manjar sabroso

que se ofrecía a mis ojos sin timidez,

haciendo de mi pecho un repique

incesante y grato;

fue un momento de placer inmenso

que contagiaba y se expandía,

un galope de mariposas

fueron tus ágiles manos,

y en suspiros de gloria

dejabas amoroso presente

ante mis ávidos ojos, cual

exquisito néctar… de una hermosa flor

La tarde antes gris,

se hizo primavera en mi jardín,

y en medio de la llovizna te entregué

mis besos de amor.

Fuimos “uno” en ese instante de magia

grato estar en tus brazos morenos,

delicia en tus labios al decir “te quiero”

mi tímido sentir se volvió volcán

y tu ser entero se entregó al placer…

fuiste mío… fui tuya…

como la primera vez.








lunes, 18 de julio de 2011

Mareas... Ninfa Duarte


Vestida de olas me acerco a ti
a lamer la delicia de tu piel cobriza,
vengo mansa y serena,
a lavar tu cuerpo de viejas arenas
y quedarme en tus poros como
burbujitas leves…alegres… mojando tu vida…

Te cubro entero con mis aguas frías
avanzando segura
única y bravía…

Estas… tendido bajo el cielo
desvestido de sentires antiguos
acariciando tu espalda la blanca arena
mirándome llegar con mis aguas azules
hasta tus dominios, que esperan con ansias
el bello momento…deseado encuentro…

La sal de mis aguas se arrebatan
al sentir el calor de tu cuerpo
y buscan el instante mágico
de entregarse con sus amantes olas
al fulgor de tus apetencias…

Mi codicia se convierte en fértiles mareas
que te llevan fuertemente sujeto
entre mis dedos ambiciosos
hasta la cueva donde guardo
todos tus “te amo”

jueves, 14 de julio de 2011

Aprendí lo que es vivir...Ninfa Duarte


¿Cómo aprendí?
Abriendo los ojos por las noches,
cuando el insomnio me visitaba,
aprendí que al mirar las estrellas,
podía alumbrar mis sueños con ellas…
y soñé sueños de eternidad,
amando simplemente
con el alma
saliéndome por los poros.

En las tardes estivales
siempre que miraba el viento veía sus colores,
verdes sobre los montes,
celestes sobre el mar,
allá donde se junta con la tierra;
y cuando callaba sentía el sabor del silencio,
salado, pertinaz…
cerrando mi boca de besos,
de palabras,
de sentires.

A solas aprendí
a encender ilusiones en mi alma
y así escuché hablar a otros corazones,
dialogando con el mío
con palabras calladas,
con matices de mil sensaciones,
agradables,
anónimas,
pero bellas,
y saboreando sus besos.

Una noche cualquiera
el dolor tomó mi mano,
conocí de frente a la tristeza;
muerte, llanto
y orfandad;
me miró a los ojos,
yo sostuve su mirada
y ella se marchó,
al sentir en mi aliento
el amor y su grandeza.

La soledad,
a la que con tanto miedo rechazaba,
una noche de un día,
tomó asiento a mi lado…y
me mostró la paz y la armonía
de los momentos que con ella compartía,
mudos,
sordos,
ciegos…

Así entendí el sentido de la vida,
viviendo el amor y la desdicha,
sintiendo la alegría y la tristeza,
amando y esperando,
soñando y suspirando,
conociendo lo breve de la vida.

Aprendí el valor de la paciencia,
el color de la constancia
y la belleza de la tolerancia;
el temblor de la espera,
el hambre de tus besos,
la sed de tus palabras…

Así pude
calmar los vientos de mi ira,
y llenar con mares de esperanza
las zonas más oscuras de mi vida.
Es así, que aprendí a vivir
aún sin tenerte…