Cuando deseamos espantar el silencio
y… cómplices, al unísono
cantamos
rondas de ausencias,
tú en tu
mundo… y yo en el mío…
es cuando vuelven
a la mente celestiales paisajes
con los
tonos sepias del recuerdo
y las tonadas suaves con sordina,
melodías
envolventes y mágicas…
La piel
vencida de amores viejos,
se cubre de dulzores
nuevos
y se
encienden luces de neón
en los más sombríos
lugares de mi alma,
para guarnecer el sitio del amor…
Mas la nieve
ya cubre mi sombra
y el frío me
cala el alma dejándola aterida y sin fe…
Cobíjame hoy y ayúdame a disolver esta escarcha
que el
tiempo depositó sobre mis labios
para sentir
de nuevo la tibieza mojada
de tus besos
amados…
No esperemos
el verano
porque en el
telar del destino
se deshilan
las tramas de nuestros sueños
y esa mirada
tuya del color de un cielo sin nubes
nos envuelve
en la mística neblina
que cubre nuestro
frágil paraíso.
En las
vigilias tu imagen surge de entre las nubes
con esa
antigua nitidez distante,
para calmar
mis ansias de ti,
entonando
canciones de lluvia
y quedando dormirnos
enredados de amor…
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